El
gobierno no quiere diálogo, no quiere elecciones, no quiere contarse y
algunos creemos que sus intereses, particulares y partidista, no van en
la misma dirección de lo que queremos la gran mayoría de los
venezolanos; en fin, ahora sabemos todos, -ellos inclusive-, que harán
todo lo posible para mantenerse en el poder cueste lo que cueste porque
para el gobierno de Maduro eso es más importante que el país.
También sabemos porque no se quieren contar, no se miden porque
serian barridos y les costaría mucho tiempo recuperar algo del capital
electoral que una vez tuvieron. Además, no se pueden arriesgar porque
saben que en algún momento la justicia les va a llegar y no tienen
confianza en nadie. De manera que esa consigna, “Maduro vete ya, Maduro
renuncia, el gobierno se acabó y no tiene margen de maniobra”, no tiene
fundamento y quienes sostengan eso viven una fantasía que en algún
momento fue colectiva, pero hoy los deja muy mal parados.
La otra verdad es la razón por la cual el gobierno se sentó en la
mesa del diálogo, porque al margen de la intervención divina y de sus
dos enviados, de las habilidades aprendidas de los ex-presidentes y de
los antecedentes del paisano de Maduro y ahora ex-secretario general de
la UNASUR, la verdad es que el gobierno estaba mal, necesitaba un
respiro y la presión de la calle, bien orquestada por la MUD crecía a
niveles peligrosos para el gobierno, pero también para la oposición dada
la falta de organización, de claridad y de unidad a la hora de escoger
el camino a seguir.
Se prefirió entonces recurrir a un viejo recurso-salida con el cual
los defensores de la paz y el entendimiento tendrían que estar a favor,
el diálogo, y para ello se cursaron invitaciones internacionales y se
activaron los mecanismos SOS a cuanto organismo mundial existe y
finalmente y aun entre dudas, no quedo otra que sentarse, ante un país
desesperado, sorprendido y muy molesto, ¿por qué?, porque de nuevo se le
hizo creer otra cosa y se le prometió marchas que muy probablemente se
sabía de ante mano que no se podían realizar. Qué privó ahí; verborrea,
intereses personales o partidistas e inmadurez política.
Ahora bien, ¿qué hacemos con el diálogo? Sin duda, mantenerlo y
fortalecerlo. El diálogo es un logro de la oposición venezolana y de él
puede depender la paz del país y la posible salida a esta grave crisis.
¿Cómo mantenerlo y fortalecerlo? Se me ocurre una introducción y cuatro líneas de acción;
Me explico, no sin antes advertir que para nada estoy descubriendo el
método milagroso ni el agua tibia, pero si con el mejor ánimo y con mi
mayor exigencia como venezolano para que actuemos según las lecciones
aprendidas y escuchemos la voz del pueblo.
Introducción: A Venezuela hay que hablarle con la verdad,
sin cálculos, con el corazón y dirigir según nuestros principios,
valores y respetando la Constitución SIEMPRE, no solo cuando nos
favorezca, ello implica decir cosas que quizás no gusten enmarcadas en
eso que llamamos “dirigir”, no hacerlo es POPULISMO, del cual
precisamente hay que salir urgentemente.
Lo otro es un clamor nacional, los “dirigentes” deben PONERSE DE
ACUERDO en una salida, hablen un solo mensaje, despierten esperanza
creíble y cumplan el compromiso asumido. A la Venezuela actual muy poco
le importa el nombre del posible futuro presidente y mucho menos el
partido al que podría pertenecer; le importa y mucho superar esta
situación de amargura y penuria en la que nos encontramos y tener un
presente y futuro mejor para todos y por supuesto, salir de este
gobierno. Madurez para entender la magnitud de la crisis,
desprendimiento para aceptar el lugar que nos corresponda en la historia
y fe en que podemos reconstruir nuestro país.
A cuáles Cuatro líneas de acción me refiero:
Primera, más y mejor UNIDAD. Esta es una nueva etapa, las anteriores
nos han servido para avanzar, con sus errores y aciertos, hoy estamos en
una posición privilegiada ante el régimen de esta revolución fracasada y
de comiquita. La UNIDAD que hay que construir es la UNIDAD DE TODOS,
donde estén representados además de los partidos políticos, los gremios
profesionales, trabajadores, industriales, empresarios, estudiantes,
sociedad civil, la cultura, la academia, etc.
¿Es fácil? NO, no lo es, pero es necesario no solo para salir de
esto, sino además, para gobernar porque no es posible sostener un nuevo
gobierno sin crear “gobernabilidad”, -eso lo sabemos-, entonces no
esperemos tener esa responsabilidad encima para construir, tarde y mal,
esa estabilidad, ni caigamos de nuevo en el error de creer que alguien o
un partido o esta unidad puede sola, o lo que es peor creer que se
tienen todas las respuestas, eso sería imperdonable.
Segunda, más y mejor ORGANIZACIÓN. Hemos avanzado
cuando tenemos organización, (claro que con la “ayudaíta” de la pésima
gestión de Maduro y su comparsa), retrocedemos cuando la época no es
electoral y se despiertan las aspiraciones que aunque legitimas, no
marchan de acuerdo a la realidad grave del país. Organizarnos mejor en
una nueva estructura capaz de darle a los venezolanos la certeza de
saber para donde quieren conducirnos y las consecuencias de esas
acciones. Confianza es la siembra que hay que cultivar.
Tercera acción es MAS PRESIÓN EN LAS CALLES; la
calle no es Caracas nada más y mucho menos Miraflores y su prometida y
deslucida toma, la calle es toda Venezuela, organizando y liderando la
protesta natura,l acompañando a un pueblo que literalmente muere de
hambre y de enfermedades, asqueado como esta de tanta incapacidad y
corrupción del actual gobierno.
Me refiero a una gran organización-fuerza para tomar Venezuela, de
verdad, y no salir de esa toma hasta que ese bendito Diálogpproduzca
resultados favorables. Eso tenemos como hacerlo. No dejemos pasar los
tiempos; es mucho lo que hemos hecho este año pero también es bastante
lo que hemos dejado de hacer en el cumplimiento de nuestro deber
independientemente de los resultados, como por ejemplo, con el
nombramiento de algunos representantes al TSJ, al CNE y aun estamos en
deuda con los electores de Amazonas. Cuarta acción, MEJOR COMUNICACIÓN CON EL PAIS. El
país quedó como pajarito en grama cuando se anunció el diálogpy algunos
dirigentes importantes declararon que se enteraron de ese diálogppor la
televisión… ¿Qué es eso?, qué falta tan grave de comunicación y que
injusto con los venezolanos que estamos pendientes, como es natural, de
lo que pueda pasar y de lo que harán nuestros dirigentes, ¿cómo se
explica eso?... Ese error táctico no debe volver a pasar y en este caso
la nación desesperada exige que los que pretenden dirigirnos se
ENTIENDAN y que si quieren que nosotros confiemos, deben mostrar que
tienen la madurez y la capacidad suficiente como para enfrentar y
resolver esta grave situación, lo contrario es quedar como niños
peleando por el juguete de un puesto.
Es necesario entonces unificar el mensaje, casi que nombrar voceros
por temas y una vez que los dirigentes se pongan de acuerdo, sin excluir
a nadie, le digan al país para donde vamos y que vamos hacer.
Necesitamos unificar el mensaje, disciplinar a los mensajeros porque el
país no merece ni debe tolerar más improvisaciones.
Así, saldremos adelante y reconstruiremos a Venezuela.