Alianza Sindical Independiente

BLOG DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS

miércoles, 23 de noviembre de 2016

DERECHOS HUMANOS Y SINDICALES


izq. Abg. Leida León, Secretaria General de la Central de Trabajadores ASI
der. Abg. Francisco Cermeño, Director Nacional de ddhh de la Central de Trabajadores ASI

(DNDDHH CTASI) En el marco del Foro "Encuentro Sindical, Crisis del Trabajo Decente en Venezuela" celebrado en el Colegio de Ingenieros del Estado Zulia" durante los días 10 y 11 de noviembre del 2016, nuestro Director Nacional de Derechos Humanos de la Central de Trabajadores Alianza Sindical Independiente (ASI), Francisco Cermeño, disertó sobre "Derechos Humanos y Sindicales".




Durante su exposición abordó el tema de los ddhh desde sus inicios señaló que "Los Derechos Humanos reconocidos por la Constitución Nacional son el producto de un largo proceso de luchas políticas de la sociedad civil, que parte a mediados del siglo XVIII y llega hasta nuestros días. Así en una primera etapa se reconocieron los Derechos individuales (S. XVIII-XIX), en una segunda etapa los derechos sociales (S. XIX-XX), en una tercera etapa los derechos de la humanidad en su conjunto (S. XX), y paralelamente a estos reconocimientos se profundizan los valores democráticos, que constituyen el marco dentro del cual se viene desarrollando el sistema de garantías para la protección de todos estos derechos."


De este encuentro sindical  participaron diferentes organizaciones sindicales del estado Zulia agrupadas en la seccional Zulia de ASI. Cabe resaltar que en la jornada se abordó el tema sobre que "Los Derechos Humanos Fundamentales del Trabajador, son: la prohibición de no discriminación (así se anuncia doctrinariamente, pero debería ser prohibición de discriminación), la libertad ideológica y religiosa, el derecho a la intimidad (protección a la intimidad y acceso al empleo, intimidad informática del trabajador y tratamiento automatizado de sus datos personales, protección de la intimidad y agresiones de naturaleza sexual y protección de la intimidad y poderes de control del empleador) y las libertades de expresión e información."


Señaló Cermeño que "Los Informes OIT de la Comisión Mundial sobre Dimensión Social de la Globalización y el Informe Global “Organizarse en Pos de la Justicia Social” (ambos de 2004) sobre seguimiento a la Declaración en consideración, apuntan sobre lo necesario de una globalización más justa, planteándose que la globalización puede y debe cambiar, y que es urgente un replanteamiento de la gobernanza mundial."

A este encuentro acudieron la Secretaria General de la Central de Trabajadores ASI,  Leida Marcela León, Luz marina Pacheco, Gladys Jaimes, entre otros dirigentes regionales y nacionales.

Al final de la Jornada se produjo un debate sobre el sindicalismo y los derechos humanos cuyas conclusiones llevaron a los asistentes a plantearse la necesidad de organizarse para empoderarse y llevar bienestar a los trabajadores.


 

domingo, 20 de noviembre de 2016

Retardo procesal y cárceles

Carlos Nieto | Entre los muchos males que tenemos en nuestro sistema penitenciario, el retardo procesal es uno de los más graves, de las 96 mil personas que hay en Venezuela privadas de libertad tanto en cárceles nacionales como en centros de detención preventiva un aproximado del 70% está aún en proceso, no han sido condenados, son presuntamente inocentes.
Esto, junto a la falta de construcción de nuevos recintos carcelarios es la causa del grave problema de hacinamiento que se vive en todos los recintos carcelarios del país y que ha creado que  tengamos un sistema penitenciario paralelo que funciona en los retenes policiales del país, donde hay 40 mil reclusos del total de privados de libertad del país.
A pesar de que desde hace ya cinco años el Ministerio para el Servicio Penitenciario  creo el “Plan Cayapa” con el fin de disminuir el retardo procesal el mismo  no ha dado resultados satisfactorios y los procesos siguen sin avanzar.
La alta movilidad de personas privadas de libertad de los sitios donde se encuentran sus procesos a lugares distantes imposibilitan el seguimiento de sus procesos y ocasiona por consecuencia retardo procesal. Por citar un caso, a principios de este año se cerró la única cárcel que se encontraba en el estado Nueva Esparta y sus reclusos trasladados a sitios remotos como los estados Bolívar, Monagas Sucre y otros, es evidente que sus causas están paralizadas porque al no estar en los sitios donde están sus procesos y la falta de capacidad operativa para efectuar los traslados a tribunales ocasiona un grave retardo procesal.
La Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, en uno de sus artículos publicado en el diario Últimas Noticias, señalaba que en Venezuela, la celeridad de la decisión jurisdiccional tiene rango constitucional “El incumplimiento de este mandato produce la conocida “justicia tardía”, la cual, lejos de dar la respuesta esperada, genera nuevos conflictos humanos, siendo el más grave de ellos “el preso sin condena”.
Igualmente el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en su informe sobre Venezuela en el 2015 señalo lo siguiente: “El Comité nota con preocupación que hasta 2014 más del 60 por ciento de las personas privadas de libertad se encontraba en prisión preventiva y lamenta no haber recibido información desagregada al respecto. El Estado parte debe incrementar sus esfuerzos con miras a reducir el elevado porcentaje de personas en prisión preventiva. En particular, debe adoptar las medidas necesarias para garantizar que la prisión preventiva no sea la regla general y que en la práctica se priorice la imposición de medidas alternativas a la misma”.

Conocemos casos de personas que después de permanecer 4 o 5 años encarceladas son declaradas inocentes, y los años vividos dentro de una cárcel de uno de los peores sistemas penitenciarios del mundo nunca resarcidos

En la teoría, una persona detenida no debería de pasar más de 6 meses en un proceso judicial, lamentablemente sabemos todo que es simple teoría y que en la práctica no se cumple y nuestras cárceles y centros de detención preventiva están abarrotadas de presos sin condena, conocemos casos de personas que después de permanecer 4 o 5 años encarceladas son declaradas inocentes, y los años vividos dentro de una cárcel de uno de los peores sistemas penitenciarios del mundo nunca resarcidos.
Si hay algo en que están de acuerdo todas las instituciones relacionadas al tema como el Tribunal Supremo de Justicia, Ministerio Publico, Defensoría del Pueblo y hasta el mismo Ministerio para el Servicio Penitenciario, aunque su titular a veces lo niegue, es que existe un gran retardo procesal, sin embargo no vemos actuaciones importantes para solucionar este grave problema.
El problema del retardo procesal es una culpa compartida de todos los actores que intervienen en el proceso judicial, vemos con preocupación que una de las principales causas de diferimiento de causas en los tribunales del país sean la falta de traslados de los reclusos a los actos procesales que son requeridos, en muchos casos por falta de transporte, falta de personal para el traslado o cosas tan absurdas como la carencia de esposas para efectuar el traslado.
Lamentablemente la falta de coordinación y trabajo conjunto entre los diferentes sectores que intervienen en el proceso trae como consecuencia esta terrible situación que estamos viviendo actualmente y que cada día tiende a empeorar y que como consecuencia aumenta el nivel de conflictividad en los recintos carcelarios y centros de detención preventiva.
El retardo procesal aparte de ser violatorio al debido proceso establecido en el artículo 49 de nuestra Constitución Nacional es una violación a los derechos humanos y hay que recordar que estas no prescriben.

El diálogo, la retórica y los intereses…


El gobierno no quiere diálogo, no quiere elecciones, no quiere contarse y algunos creemos que sus intereses, particulares y partidista, no van en la misma dirección de lo que queremos la gran mayoría de los venezolanos; en fin, ahora sabemos todos, -ellos inclusive-, que harán todo lo posible para mantenerse en el poder cueste lo que cueste porque para el gobierno de Maduro eso es más importante que el país.
También sabemos porque no se quieren contar, no se miden porque serian barridos y les costaría mucho tiempo recuperar algo del capital electoral que una vez tuvieron. Además, no se pueden arriesgar porque saben que en algún momento la justicia les va a llegar y no tienen confianza en nadie. De manera que esa consigna, “Maduro vete ya, Maduro renuncia, el gobierno se acabó y no tiene margen de maniobra”, no tiene fundamento y quienes sostengan eso viven una fantasía que en algún momento fue colectiva, pero hoy los deja muy mal parados.
La otra verdad es la razón por la cual el gobierno se sentó en la mesa del diálogo, porque al margen de la intervención divina y de sus dos enviados, de las habilidades aprendidas de los ex-presidentes y de los antecedentes del paisano de Maduro y ahora ex-secretario general de la UNASUR, la verdad es que el gobierno estaba mal, necesitaba un respiro y la presión de la calle, bien orquestada por la MUD crecía a niveles peligrosos para el gobierno, pero también para la oposición dada la falta de organización, de claridad y de unidad a la hora de escoger el camino a seguir.
Se prefirió entonces recurrir a un viejo recurso-salida con el cual los defensores de la paz y el entendimiento tendrían que estar a favor, el diálogo, y para ello se cursaron invitaciones internacionales y se activaron los mecanismos SOS a cuanto organismo mundial existe y finalmente y aun entre dudas, no quedo otra que sentarse, ante un país desesperado, sorprendido y muy molesto, ¿por qué?, porque de nuevo se le hizo creer otra cosa y se le prometió marchas que muy probablemente se sabía de ante mano que no se podían realizar. Qué privó ahí; verborrea, intereses personales o partidistas e inmadurez política.
Ahora bien, ¿qué hacemos con el diálogo? Sin duda, mantenerlo y fortalecerlo. El diálogo es un logro de la oposición venezolana y de él puede depender la paz del país y la posible salida a esta grave crisis.
¿Cómo mantenerlo y fortalecerlo? Se me ocurre una introducción y cuatro líneas de acción; Me explico, no sin antes advertir que para nada estoy descubriendo el método milagroso ni el agua tibia, pero si con el mejor ánimo y con mi mayor exigencia como venezolano para que actuemos según las lecciones aprendidas y escuchemos la voz del pueblo.
Introducción: A Venezuela hay que hablarle con la verdad, sin cálculos, con el corazón y dirigir según nuestros principios, valores y respetando la Constitución SIEMPRE, no solo cuando nos favorezca, ello implica decir cosas que quizás no gusten enmarcadas en eso que llamamos “dirigir”, no hacerlo es POPULISMO, del cual precisamente hay que salir urgentemente.
Lo otro es un clamor nacional, los “dirigentes” deben PONERSE DE ACUERDO en una salida, hablen un solo mensaje, despierten esperanza creíble y cumplan el compromiso asumido. A la Venezuela actual muy poco le importa el nombre del posible futuro presidente y mucho menos el partido al que podría pertenecer; le importa y mucho superar esta situación de amargura y penuria en la que nos encontramos y tener un presente y futuro mejor para todos y por supuesto, salir de este gobierno. Madurez para entender la magnitud de la crisis, desprendimiento para aceptar el lugar que nos corresponda en la historia y fe en que podemos reconstruir nuestro país.
A cuáles Cuatro líneas de acción me refiero:
Primera, más y mejor UNIDAD. Esta es una nueva etapa, las anteriores nos han servido para avanzar, con sus errores y aciertos, hoy estamos en una posición privilegiada ante el régimen de esta revolución fracasada y de comiquita. La UNIDAD que hay que construir es la UNIDAD DE TODOS, donde estén representados además de los partidos políticos, los gremios profesionales, trabajadores, industriales, empresarios, estudiantes, sociedad civil, la cultura, la academia, etc.
¿Es fácil? NO, no lo es, pero es necesario no solo para salir de esto, sino además, para gobernar porque no es posible sostener un nuevo gobierno sin crear “gobernabilidad”, -eso lo sabemos-, entonces no esperemos tener esa responsabilidad encima para construir, tarde y mal, esa estabilidad, ni caigamos de nuevo en el error de creer que alguien o un partido o esta unidad puede sola, o lo que es peor creer que se tienen todas las respuestas, eso sería imperdonable.
Segunda, más y mejor ORGANIZACIÓN. Hemos avanzado cuando tenemos organización, (claro que con la “ayudaíta” de la pésima gestión de Maduro y su comparsa), retrocedemos cuando la época no es electoral y se despiertan las aspiraciones que aunque legitimas, no marchan de acuerdo a la realidad grave del país. Organizarnos mejor en una nueva estructura capaz de darle a los venezolanos la certeza de saber para donde quieren conducirnos y las consecuencias de esas acciones. Confianza es la siembra que hay que cultivar.
Tercera acción es MAS PRESIÓN EN LAS CALLES; la calle no es Caracas nada más y mucho menos Miraflores y su prometida y deslucida toma, la calle es toda Venezuela, organizando y liderando la protesta natura,l acompañando a un pueblo que literalmente muere de hambre y de enfermedades, asqueado como esta de tanta incapacidad y corrupción del actual gobierno.
Me refiero a una gran organización-fuerza para tomar Venezuela, de verdad, y no salir de esa toma hasta que ese bendito Diálogpproduzca resultados favorables. Eso tenemos como hacerlo. No dejemos pasar los tiempos; es mucho lo que hemos hecho este año pero también es bastante lo que hemos dejado de hacer en el cumplimiento de nuestro deber independientemente de los resultados, como por ejemplo, con el nombramiento de algunos representantes al TSJ, al CNE y aun estamos en deuda con los electores de Amazonas. Cuarta acción, MEJOR COMUNICACIÓN CON EL PAIS. El país quedó como pajarito en grama cuando se anunció el diálogpy algunos dirigentes importantes declararon que se enteraron de ese diálogppor la televisión… ¿Qué es eso?, qué falta tan grave de comunicación y que injusto con los venezolanos que estamos pendientes, como es natural, de lo que pueda pasar y de lo que harán nuestros dirigentes, ¿cómo se explica eso?... Ese error táctico no debe volver a pasar y en este caso la nación desesperada exige que los que pretenden dirigirnos se ENTIENDAN y que si quieren que nosotros confiemos, deben mostrar que tienen la madurez y la capacidad suficiente como para enfrentar y resolver esta grave situación, lo contrario es quedar como niños peleando por el juguete de un puesto.
Es necesario entonces unificar el mensaje, casi que nombrar voceros por temas y una vez que los dirigentes se pongan de acuerdo, sin excluir a nadie, le digan al país para donde vamos y que vamos hacer. Necesitamos unificar el mensaje, disciplinar a los mensajeros porque el país no merece ni debe tolerar más improvisaciones.
Así, saldremos adelante y reconstruiremos a Venezuela.

Cuando lo que se enfrenta es fascismo (II)


En un escrito anterior (http://digaloahidigital.com/articulo/cuando-lo-que-se-enfrenta-es-un-gob...)  señalaba que, en esta contienda entre la MUD y el régimen, no se comparte el mismo juego. No se coincide en el objetivo ni en las “reglas de juego” para alcanzar los fines propuestos. De ahí las dificultades que impone el diálogo a las fuerzas democráticas. Pareciera que no fuera así, pues a simple vista lo que está en disputa es quién debe ocupar el poder. Pero detrás de este elemento unificador se esconden fines radicalmente diferentes sobre qué hacer con el poder.
Para el fascismo el poder es un fin en sí mismo, por ser la única garantía de que se cumplan con los designios trascendentes reservados para el Pueblo (con mayúscula, sujeto histórico del cambio que responde como un solo hombre a los llamados del líder). El Pueblo cristaliza tales designios precisamente por estar en el poder o, mejor dicho, porque un líder esclarecido lo ejerce en su nombre para, desde ahí, darles forma. Puede ser asegurar la pureza y superioridad de la raza aria; restablecer en Italia la grandeza que disfrutó bajo el Imperio Romano; revivir las glorias de la gesta emancipadora para asegurar la independencia definitiva; y, en este orden, instaurar un “socialismo del siglo XXI”.
En todo caso, el poder es para quedarse con él y disfrutar de sus canonjías, pues es el Pueblo postergado que -¡al fin!- logra su usufructo. Éstas van desde viáticos, guardaespaldas, camionetas y otros “atributos del cargo”, hasta los “negocios” facilitados por las relaciones de poder, siempre que no trastornen la estructura de mando o comprometan el combate contra los enemigos.
La ideología juega un papel muy importante para los fascistas en todo esto, pues proporciona los raciocinios para asumir, desde el poder, que la Nación les pertenece o, mejor dicho, que ellos son la Nación. Quien no comparte este criterio y, más bien, quiera desplazar a los fascistas del poder, es enemigo del Pueblo y debe ser combatido; para él ni pan ni agua.
Nada mejor para ilustrar este punto que las declaraciones del Vice-presidente Istúriz en el sentido de que la marcha convocada por la oposición para llegar a Miraflores “tiene que pasar por encima del pueblo”. El pueblo mayoritario -piénsese en las multitudinarias concentraciones del 1º de setiembre o del 28 de octubre- ¿no son pueblo, Aristóbulo? 
En democracia las fuerzas que compiten por el poder están obligadas a hacerlo rivalizando por los favores del pueblo (en minúscula; una asociación de personas y agrupaciones muy diversa, heterogénea y con pluralidad de intereses y gustos, muchas veces en conflicto). Se supone que el movimiento político que mejor interpreta las aspiraciones mayoritarias de quienes componen ese pueblo gana las elecciones y logra ejercer el poder.
En tal sentido, es el bienestar del pueblo lo que va a servir de referencia para la acción política en democracia. Esto no quiere decir que los políticos democráticos sean siempre servidores desinteresados o desconocer que muchos cínicamente acomodan sus “ofertas” para acceder al poder en busca de beneficios personales.
Pero bajo escrutinio de ese pueblo, directamente en asuntos concernientes a su localidad o gremio, o indirectamente a través de los órganos de representación y con el auxilio de medios de comunicación independientes y libres, las prácticas malsanas tienden a ser desenmascaradas y sufrir sus ejecutores el costo político que termina desalojándolos del poder. De ahí la importancia decisiva de contar con las instituciones de un Estado de Derecho y con las condiciones requeridas para que sus preceptos se cumplan.
De modo que para Maduro y la oposición democrática luchar por el poder no significa la misma cosa. Creer que ambos luchan por lo mismo, solo que desde perspectivas e intereses distintos, pudiera constituir uno de los mayores errores de la MUD a estas alturas de la contienda. Al no proseguir el mismo fin, tampoco el régimen va a coincidir con las razones ni con la lógica que debe guiar la solución de las diferencias. Para empezar, ni a Maduro ni a ninguno de sus acompañantes les importa un comino la suerte del pueblo, como lo atestigua de manera fehaciente y trágica los niveles de hambre y miseria a que lo ha sometido por negarse a rectificar sus políticas.
Su ineficacia y efectos perversos no van a influir para que el gobierno busque un acercamiento con la oposición, pues estas políticas han pasado a constituir la razón de ser de quienes hoy ocupan el poder. Los controles, regulaciones, precios regulados –entre ellos los del dólar y la gasolina-, la no rendición de cuentas ni el respeto por los procedimientos del Estado de Derecho, y la discrecionalidad con que son manejadas las compras, contratos y transacciones de todo tipo, les han proveído de inmensas fortunas; no importa que, en paralelo, hayan arruinado al país.
Más cuando los ampara una construcción ideológica que legitima sus desmanes. La nueva oligarquía constituida a partir de tal disfrute del poder en absoluto se va a sentir presionada para concertar el restablecimiento de la soberanía popular –a través del RR16 o de elecciones generales anticipadas- para abrir vías de solución a la actual tragedia.
Al respecto, temo que la MUD pudiese estar metiéndose un autogol si deja pasar definitivamente la activación del RR16 y reclamar, en reemplazo, unas elecciones generales para principios del próximo año. Porque éstas no están contempladas en la Constitución. Maduro acusó un importante costo político entre partidarios –incluyendo militares- y la opinión internacional al desenmascararse como dictador precisamente porque inhabilitó la Carta Magna.
Con elecciones generales fuera de lapso ese argumento ahora es de Maduro: no están contempladas en la Constitución. Y, por si no me hice entender con lo argumentado en los párrafos anteriores, confiar en que el gobierno “entre en razón” en interés de encontrarle salidas a los padecimientos del país, no pasa de una inocentada irresponsable.
Y he aquí por qué mantengo que la MUD no ha sabido ejercer la ventaja que significa representar una mayoría abrumadora a favor del cambio. Porque lo único que hará que ceda la posición del gobierno para que converja con la necesidad de restablecer el orden constitucional es la fuerte presión de esa mayoría.
Véanse las infelices admoniciones de Maduro de que la oposición no va a entrar, “ni por votos ni por balas”, en Miraflores, solo pocos días después de haberse comprometido ante el emisario del Papa en respetar los derechos del otro. Sin presión, vuelve a sus andanzas fascistas.
Esto significa movilizaciones de calle y apoyo internacional para que el régimen entienda que la única base aceptable del dialogo es el respeto al orden constitucional. De lo contrario, el diálogo será un “tente allá” para perder tiempo e inviabilizar los reclamos democráticos. No será la primera vez.
La búsqueda de acuerdos es perentorio por la desesperación de la gente, sus sufrimientos y el cronograma ya bastante comprometido para el RR16. Y estos acuerdos sólo serán factibles a partir de demostraciones de fuerza, democráticas y en ejercicio de nuestros derechos constitucionales.
Bajo un gobierno fascista, derecho que no se lucha por ejercer es un derecho que se pierde. Esto no significa provocar enfrentamientos violentos hasta que, por fin, Maduro y su gente se vean obligados a salir. Al contrario, el desafío del liderazgo democrático está en evitar este tipo de confrontaciones, que son las que busca el régimen para justificar la represión y deslegitimar a la oposición.
Los fascistas, por las buenas, no van a entregar el poder. Son demasiados los intereses acumulados, excesivo su fanatismo y blindaje ideológico, para comprometerse con un dialogo sincero. ¿Qué va a hacer la MUD para lograr que ello ocurra? ¿Cómo aprovechar nuestras fortalezas?
“Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo y librarás cien batallas victoriosas”.
Sun Tzu, filósofo de la antigua China.
Economista, profesor de la UCV.

¿Existe una crisis humanitaria en Venezuela?


La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, aseguró que Venezuela no atraviesa una crisis humanitaria. Las declaraciones de la funcionaria de la CEPAL se produjeron durante la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe. 
La posición de la funcionaria de la CEPAL revela el peso de los gobiernos latinoamericanos que todavía apoyan al régimen de Maduro, así como los llamados países no alineados que también hacen causa común con este. Ello cobra relevancia dada las aspiraciones de la citada funcionaria, quien aspira a ser designada como Secretaria General de la ONU y necesita los votos de Maduro y sus aliados, en caso de que el gobierno mexicano decida postularla para el cargo citado. La burócrata en cuestión viene desde hace tiempo reptando a través de la intrincada madeja de organizaciones que hacen vida en la ONU. Como todos sabemos, cuando uno se dedica a esta nada fácil labor de trepar, debe hacerlo sobre otros y haciéndose de la vista gorda frente a algunos hechos escabrosos. Pero en este caso particular, indigna que la Sra. Bárcenas lo haga haciendo caso omiso del costo en vidas humanas de la crisis humanitaria venezolana.       
La posición de la funcionaria de la CEPAL contrasta con la del actual Secretario General de la ONU el coreano Ban Ki-moon, quien ha reconocido en forma explícita la existencia de una crisis humanitaria en Venezuela. Igualmente el Fondo Monetario Internacional (FMI), varias ONGs y medios de prensa  internacionales vienen alertando sobre esta situación. Medios como CNN, normalmente cuidadosos de no herir la sensibilidad del gobierno venezolano por las repercusiones que esto podría tener en la entrada de sus reporteros al país, han aceptado la existencia de una crisis humanitaria, dada la apabullante masa de evidencias arrojadas por medios como Wall Street Journal y ONGs como Human Rights Watch (HRW).
La ONG Human Rigths Watch (HRW) envió sus representantes a Venezuela, quienes elaboraron un minucioso informe sobre la crisis humanitaria del país, con la ayuda de médicos y otros miembros del personal sanitario de Venezuela.  Señala el informe de HRW que “una encuesta independiente realizada por una red de más de 200 médicos en agosto de 2016 determinó que el 76 por ciento de los hospitales públicos no tienen los medicamentos básicos que, según aseveraron los médicos, deberían estar disponibles en cualquier hospital público en funcionamiento, incluidos muchos que figuran en la Lista de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto supuso un incremento respecto del 55 por ciento de los hospitales que estaban en esa situación en el 2014, y del 67 por ciento en 2015”.  
La carencia de medicamentos en los hospitales es un reflejo del desabastecimiento generalizado de medicinas en las farmacias. “En junio, el presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela calculó que el 85 por ciento de los medicamentos que deberían encontrase en farmacias privada no estaban disponibles o eran difíciles de conseguir, lo cual supone un aumento respecto al 2014, cuando los faltantes alcanzaban el 60 por ciento”.
La escasez de medicamentos afecta en particular a los pacientes con enfermedades crónicas quienes no pueden acceder a los fármacos que aliviarían sus dolencias. Por otro lado los médicos venezolanos informaron a HRW que la escasez impide la realización de procedimientos médicos como cirugías y limita los tratamientos a los pacientes en los hospitales públicos.
El gobierno no publica las estadísticas sobre salud lo que impide determinar la magnitud de la crisis. Sin embargo, HRW tuvo acceso a informes del Ministerio de Salud que revelan que la tasa de mortalidad materna se ha incrementado significativamente, ascendiendo a 130,7 muertes por cada 100.000 nacimientos, la cual era un 79% superior a la de 2009 que era de 73,1.  Entre 2003 y 2008 la tasa osciló entre 49,9 y 64,8%.
Un segundo informe interno de Ministerio de Salud consultado por HRW indica que la tasa de mortalidad infantil de Venezuela, correspondiente a los primeros cinco meses del 2016, fue de 18,61 muertes por cada mil nacidos. Esta cifra es 21% más alta que la tasa de 15,4 informada por el gobierno a la ONU en 2015, y un 45% más alta que la tasa de 12,8  informada para el 2013. La tasa de mortalidad infantil fue de 11.6 en el 2011 y 11,8 en el 2012. La cifra más reciente de mortalidad infantil, 18,71 muertes por cada mil nacidos, es mayor que la tasa de mortalidad infantil de Siria, un país en guerra,  que la UNICEF estima en 15,4 muertes (dato difundido por Wall Street Journal).   
El informe de HRW también abordó la escasez de alimentos y sus representantes pudieron constatar las largas colas que debemos hacer los venezolanos periódicamente para abastecernos de los alimentos básicos. La escasez limita seriamente la ingesta alimentaria, en particular de los sectores de bajos ingresos.
Ante esta crítica situación, el gobierno venezolano se ha negado a reconocer la magnitud de la misma y ha bloqueado las iniciativas para obtener ayuda internacional. HRW contactó a cinco personas que trabajan para organizaciones de ayuda humanitaria que relataron los graves obstáculos que enfrentan para trabajar en Venezuela. La ONG pudo constatar el clima de intimidación que opera en el país contra todo aquel que se atreva a denunciar la gravedad de la crisis humanitaria, trátese de funcionarios de ONGs o personal que labora en la red sanitaria pública. Estos últimos, sufren despidos y llegan incluso a ser agredidos físicamente por denunciar la carencia de insumos en los hospitales o participar en protestas reclamando tales carencias, como ha sucedido en el Hospital Central de Maracay en varias oportunidades.
Ante esta situación, HRW ha sido particularmente activa exigiendo a la OEA la aplicación de la Carta Democrática para presionar al gobierno de Maduro a fin de que acepte la ayuda internacional. También ha recurrido al Papa Francisco con propósitos similares.
Si la trepadora mexicana logra su propósito de ser elegida como Secretaria General de la ONU, los venezolanos pasaremos un trago amargo viendo como el organismo procede a reconocer el denodado esfuerzo de Maduro y su gobierno, por mejorar las cifras de mortalidad materna e infantil, negando la existencia de una crisis humanitaria, desdiciendo al actual Secretario Ban KI-moon y las evidencias aportadas por ONGs y medios de prensa internacionales.      
Profesor UCV