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María Isabel Rivero
Oficina de Prensa y Comunicación de la CIDH
Tel: +1 (202) 370-9001
mrivero@oas.org
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Ginebra / Washington, D.C. – En víspera del Día Internacional
contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia el 17 de mayo, un grupo de
expertos/as en derechos humanos de la Organización de las Naciones
Unidas y otros/as expertos internacionales* hacen un llamado urgente a
terminar con la patologización de adultos, niñas y niños lesbianas,
gay, bisexuales y trans (LGBT).
El Comité de los Derechos del Niño, un grupo de expertos/as
en derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos y el Comisario de Derechos Humanos
del Consejo de Europa instan a los Gobiernos a reformar las
clasificaciones médicas y a adoptar medidas para prevenir todas las
formas de tratamientos y procedimientos forzados a las personas LGBT.
La patologización de adultos, niñas y niños LGBT, es decir,
etiquetarlas como enfermas con base en su orientación sexual, identidad
de género o expresión de género, ha sido históricamente, y continúa
siendo, una de las causas principales de las violaciones de derechos
humanos que enfrentan. También es un obstáculo para poder superar las
actitudes y estereotipos negativos, así como las múltiples barreras que
enfrentan las personas LGBT cuando tratan de ejercer sus derechos más
fundamentales.
Las categorías médicas patologizantes y estigmatizantes que
se relacionan con la identidad y la expresión de género son utilizadas
para justificar someter a personas trans, incluyendo jóvenes, a
esterilizaciones, tratamientos hormonales, cirugías y evaluaciones
psiquiátricas de manera forzada o coercitiva, y para condicionar o
imponerles otras trabas abusivas al ejercicio de sus derechos humanos.
Dichas clasificaciones también crean obstáculos abusivos para el acceso
de personas trans a transformaciones corporales seguras lo que ha
conducido a muertes prematuras y prevenibles que resultan de
procedimientos inseguros y clandestinos.
Asimismo, con base en estas clasificaciones patologizantes,
las personas LGBT continúan siendo sometidas a tratamientos abusivos,
nocivos y carentes de ética. Estos incluyen las llamadas “terapias de
conversión” basadas en su orientación sexual o identidad de género con
efectos especialmente perjudiciales en niños, niñas y adolescentes.
Los tratamientos y procedimientos forzados, coercitivos o
involuntarios pueden causar dolor y sufrimiento físico y mental, de
forma severa y de por vida, y pueden violar el derecho a estar libre de
tortura y de otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Las clasificaciones patologizantes también se han usado para
justificar otros abusos contra personas LGBT – como la criminalización
de personas trans y de las relaciones entre personas del mismo sexo o
la negación o establecimiento de requisitos abusivos para el
reconocimiento oficial de la identidad de género de las personas trans –
y siguen contribuyendo a la marginalización y exclusión de personas
LGBT, en contextos de educación, salud, empleo, y vivienda, entre
otros. Etiquetar a personas LGBT como enfermas también está vinculado
con violencia sexual, incluyendo las así llamadas violaciones
“correctivas” en contra de mujeres lesbianas, bisexuales y trans, así
como también a la violencia, acoso y “bullying” transfóbico y
homofóbico que enfrentan las y los jóvenes con base en su identidad de
género y orientación sexual, sean éstas reales o percibidas, lo cual
impacta severamente en su salud y bienestar mental y físico, como se
refleja en las tasas mayores de suicidio, depresión y autolesiones.
Ser lesbiana, gay, bisexual o trans es parte de la gran
diversidad de la naturaleza humana. Expresamos por lo tanto nuestra
profunda preocupación por la continua patologización de niños, niñas y
de personas adultas trans debido a clasificaciones médicas, tanto
nacionales como internacionales. Acogemos con satisfacción los avances
en la despatologización de la atracción entre personas del mismo sexo
desde que la Organización Mundial de la Salud dejó de considerar a la
homosexualidad como una enfermedad y la retiró de la Clasificación
Internacional de Enfermedades hace veintiséis años, pero nos sigue
preocupando que ésta continúe siendo patologizada por algunas
asociaciones médicas nacionales.
Se requieren reformas legales y de políticas para derogar
las leyes discriminatorias y proteger a las personas LGBT de la
violencia y la discriminación. Pero estas reformas no serán efectivas o
suficientes por sí solas, mientras sigan existiendo clasificaciones
médicas obsoletas. Estas clasificaciones deben, por lo tanto, ser
modificadas para despatologizar a las identidades o expresiones trans y
a la atracción entre personas del mismo sexo. Los Estados deben
también adoptar medidas para prevenir, investigar y procesar todas las
formas de tratamientos y procedimientos forzados, coercitivos o
involuntarios a personas LGBT. Deben, además, asegurar la provisión de
servicios de salud basados en el consentimiento informado y libres de
discriminación, patologización y discriminación, incluyendo
procedimientos de reafirmación de género para personas trans.
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